Vive l'amour (1994)
por Juan Ignacio Camino
Todo director o directora desearía lograr esta escena, que tranquilamente podríamos denominar bressoniana por el hecho de que el maestro malayo desecha recursos como la música y por consiguiente solo escuchamos la respiración acelerada de Hsiao-kang (Lee Kang-sheng). Los mínimos elementos para lograr la misma, donde todo se hace interminable y el espectador o espectadora se sumerge en el frenesí de la imagen, esa misma imagen que pareciera no tener fin, como una suerte de loop. El gran Tsai Ming-Liang logró una de las escenas donde el suspenso está presente en cada uno de los rincones de la habitación donde se observa el deseo, ese mismo deseo que refleja en sus ojos, en los ojos de Hsiao-kang, deseo que a lo largo del film es expresado desde su hermetismo.
Twitter: @caminonacho_
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