martes, 1 de agosto de 2023

Carta de Sinead a Bob Dylan: "Aunque la tierra me sacuda, aunque mis amigos me abandonen, este sentimiento todavía está aquí en mi corazón"

Querido Zimmy:

Es tu hermoso cumpleaños la próxima semana. Sos tres años menor que mi padre (¡quien espero nunca lea esto!). Esto es un poco rompecabezas.

Mi amado hermano Joseph, quien me hizo conocerte, me sugirió que escriba algo sobre vos por tu cumpleaños.

Dije: '¡Pero soy una imbécil! ¿Qué voy a decir?'. Y él me dijo: 'Podrías hacerlo como una carta para Bob, como deseo de un feliz cumpleaños'.

Entonces... Bobby, o R.J. o Ray o lo que sea... Aquí está mi cosita de cumpleaños para vos.

Esta semana, cuando todos escriban, hablen y piensen en tu cumpleaños, todos van a decir las cosas de costumbre.

'Profeta'.

Bla, bla.

'La voz de una generación.'

Bla, bla. Bla, bla. Bla, bla.

Todo cierto, seguro... Pero nadie dice nunca: '¡Santa Madre de Dios! Ese tipo Dylan es un hombre extremadamente [adjetivo] sexy [adjetivo]'.

Ya era hora de que todas las damas, y me refiero a TODAS las damas, tengan que decirles a absolutamente todos dónde está el encanto de Robert Zimmerman.

¡Sí, señor! El hombre más sexy que jamás haya pisado la faz de esta tierra.

Es una suerte para vos, muchacho, que estés allá en América. ¡Seguro que apenas hay una mujer en el universo que pueda mantener sus guantes lejos de vos! Gracias a Dios que los vuelos no son baratos aquí en Irlanda, porque si no sería prudente correr. Y, para seguir con el ejemplo de Gaddafi, usando falsos Bob Dylans, para que nadie sepa quién sos vos en realidad. Por cierto, si decidís seguir el ejemplo de Gaddafi usando guardaespaldas exclusivamente femeninas, espero que me tengas en cuenta. Por favor, no pidas ninguna referencia. No quedaría bien parada.

Una vez trabajé con una dama que había trabajado con vos. Ella me dijo que estás loco por las damas. La tomé en mis brazos y bailé con deleite. ¡Viva!

Esto significa que no soy la única persona en la tierra que piensa que sos un zarpado. A pesar de que tu característica principal es el placer sexual, tampoco sos malo para decir canciones. Y por cierto, hay algo que mi yo de 13 años quiere decirte: gracias por hacer que la música cristiana sea sexy. Pobre Dios. Hasta que hiciste Slow Train Coming, Él era suicida. Por escuchar música religiosa terrible.

Quiero decir, ¿alguna vez viste el baile irlandés? Es la cosa menos sexy que se podría ver. Solo bailamos de las rodillas para abajo. Manteniendo todo lo demás apretado como una tabla. Brazos rígidos a los costados. Por miedo a caer en el mundo de la sensualidad.

La gente dice, y espero que no sea así, que no se esperaban Slow Train Coming. No sé qué quieren decir exactamente. Y ni siquiera me importa. De cualquier manera, nunca podrías haber sabido cómo era en Irlanda antes de que ese álbum derribara las paredes que separaban a Dios y el sexo. No podrías haber sabido el efecto que tendría el disco. Y eso está bien. ¿Por qué deberías saberlo?

Yo tenía 13 años el año que salió. Joe, mi hermano, lo trajo a casa.

Estaba empezando a preguntarme qué tipo de persona quería ser. Y qué tipo de mujer quería ser. Y qué tipo de artista quería ser. No había muchas opciones abiertas para una mujer como yo. Moriría o iría a la cárcel si continuaba por el camino que me fue dado.

Pero cuando te escuché cantar esas canciones en Slow Train Coming, cuando vi el dibujo del tren en la tapa, supe lo que quería hacer con mi vida.

Entonces, Rabbí, por vos sé que tengo que servir a alguien. Sé que soy un ángel precioso. Sé que Dios cree en mí. Sé que voy a cambiar mi forma de pensar. Sé que voy a seguir un conjunto diferente de reglas. Sé que voy a dar lo mejor de mí, a dejar de ser influida por los tontos.

Te vi en Slane cuando tenía como 16 años. No podía creer que realmente te vería en persona. Yo tenía un novio en ese momento. La única razón por la que estábamos juntos era porque ambos estábamos obsesionados con vos. ¡Lamentablemente nunca hicimos nada más que hablar de vos! Por supuesto, nunca sería capaz de decirle que eras mucho más sexy que él. ¿Soy mala? Ciertamente eso creo.

Santana tocó antes que vos. Cuando llegaste, tenías maquillaje naranja UmpaLumpa. Así que no fue que te adelantaste a tu tiempo solo musical o espiritualmente. ¡Previste un bronceado falso! 

Creo que también te pusiste un montón de delineador khol negro. Un look muy raro. Magnífico, no obstante, obviamente. Pero raro.

Después te crucé brevemente dos veces. En el backstage de dos festivales había muchos músicos tocando. Debo haber seducido a tu manager con sobornos sexuales, no me acuerdo, pero ahí estaba yo en tu camarín. Vos estabas solo con tu manager.

Me preguntaste si me gustaría un trago. Dije que sí y, aunque no puedo soportar el alcohol, tomé un sorbo y fingí que no estaba reprimiendo el deseo de dejarte ver lo que comí en el almuerzo. Paseabas mucho de un lado a otro. Recuerdo haber pensado 'Santa Madre del Divino Señor Krishna, ¿quién podría cantar después de beber esto?'

La tercera y última vez que nuestros caminos se cruzaron fue en esa noche infame en el concierto tributo que te hicieron en el Madison Square Garden, una noche cargada de consecuencias. Más o menos una semana antes de ese espectáculo había hecho una versión incendiaria a capella de una canción de Bob Marley (el otro 'Bob') llamada "War" en el programa Saturday Night Live. Le cambié algunas palabras y hablé sobre abuso infantil en lugar de racismo. Y al final de la canción rompí una foto del entonces Papa, Juan Pablo II.

   

 No sonrías por favor, Bob -cuando se menciona 'el incidente' uno siempre debe parecer muy serio.

Poco después de eso, fui de compras para buscar un vestuario para tu próximo show. La decisión que tomé fue muy equivocada: una chaqueta turquesa y un traje de falda que debería haber usado una mujer muy mayor... y con una horrible cosa dorada en la chaqueta. Imperdonable. Miro las imágenes del programa ahora y estoy horrorizada. ¿En qué estaba pensando? Tal vez debería haberte pasado una nota antes del espectáculo, explicándote 'el incidente', pero el terror que me causaba mi imagen en el espejo de mi camarín supongo que hizo que lo olvidara.

Así que subí al escenario esa noche y la mitad de la audiencia me vitoreó y la otra mitad me abucheó. ¿Fueron las consecuencias de Saturday Night Live o simplemente me equivoqué al elegir el vestuario?

Hablando en serio, después del backstage, me miraste confundido, como si me preguntaras qué había hecho para molestar tanto a la gente. En lugar de cantar "I Believe in You", como estaba planeado, había gritado otra vez la canción de Bob Marley. Pero me pareció apropiado gritar mientras tenía la oportunidad. Y sabía que, si lo entendías, no te importaría que usara el escenario que me diste para representar al Dios que también me diste. Espero que tus preguntas sobre esa noche hayan sido respondidas por las diversas revelaciones sobre la condición espiritual de la iglesia católica. En el ancho mundo de Dios. Si simplemente hubiera cantado "I Believe in You" esa noche, mi voz se habría ahogado en el ruido de las fuerzas espirituales opuestas en el establecimiento.

Tenía que hacer lo que hice en el Madison Square Garden. Incluso si eso significaba ser tratada como un caso mental durante años.

El Dios en el que creía era el que trasmitiste de las páginas de las Escrituras a mi vida, no el que cantaban esos aburridos sacerdotes vestidos de blanco y negro mientras sacaban el polvo de sus altares en medio de la consagración de la Hostia.

Aunque por eso me señalaran la salida. y me dijeran que no volviera más porque no era como a ellos les gustaría que fuera. Incluso si me fuera por mi cuenta a mil millas de mi casa, no me sentiría sola. Porque creo en vos.

Creo en vos, aún a través de las lágrimas y las risas. Creo en vos aunque estemos separados. Creo en vos incluso en la mañana siguiente. Aunque la tierra me sacuda, aunque mis amigos me abandonen, este sentimiento todavía está aquí en mi corazón.

No dejes que me aleje demasiado. Dejame donde vos estás. Así siempre estaré renovada. Y ,Señor, lo que me diste hoy vale más de lo que yo podría pagar. Y no importa lo que digan, yo creo en vos...

Pero estoy divagando, Bob. Solo quería decirte que sos hermoso. Así que te mando setenta besos para vos el martes.

Sinéad

Mayo de 2011