miércoles, 24 de enero de 2018

Revueltos como los cristales en un caleidoscopio



¿Cuál ha de ser la labor de la poesía en un tiempo en el que todo joven que ambiciona algo superior se ve obligado a sufrir, en sentido espiritual, los mismos síntomas que los franceses marchando por la estepa rusa, donde la vista busca en vano un punto sobre el que reposar; un tiempo en que los mayores que todavía saben lo que quieren han de ver con dolor cómo los individuos se desmigajan como la seca arena entre los dedos? Nuestro tiempo, en que cada día experimentamos las combinaciones más ridículas de individuos revueltos como los cristales en un caleidoscopio [...].

Søren Kierkegaard, De los papeles de alguien que todavía vive,
 Trotta, Madrid, 2000, págs. 34-35.


Ilustración: Carmen Cuervo

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