jueves, 30 de abril de 2020

Cassavetes por Rosenbaum


Nota de KBSAS: Hace pocos días el crítico Jonathan Rosenbaum republicó en su blog jonathanrosenbaum.net el obituario que había escrito en ocasión de la muerte de John Cassavetes en la primavera de 1989 para la revista Sight and Sound. Resulta notable en esta nota la importancia que Rosenbaum le adjudica a la última obra teatral de Cassavetes, que podría haber llegado al cine si el cineasta hubiera vivido el tiempo suficiente


John Cassavetes Obituary

por Jonathan Rosenbaum

La noticia de la muerte de John Cassavetes llegó al Festival de Rotterdam justo cuando su retrospectiva estaba terminando, y mi reacción inicial fue recordar el comentario de Billy Wilder en el funeral de Ernst Lubitsch. "No más Lubitsch", dijo un amigo, y Wilder respondió: "Peor que eso: no más películas de Lubitsch". A primera vista, es difícil pensar en directores más distintos que Lubitsch y Cassavetes, pero cada uno de ellos trajo al cine cierta pasión personal que nadie tuvo ni antes ni después, a pesar de que los dos tuvieron una gran cantidad de imitadores y emuladores. Incluso es posible que Cassavetes haya influenciado a casi tantos directores como Lubitsch. Apenas para empezar, mencionemos a Peter Bogdanovich, Jean Eustache, Henry Jaglom, Elaine May, Rob Nilsson, Maurice Pialat, Jacques Rivette y Martin Scorsese.

En el caso de Cassavetes, sin embargo, se me ocurrió algo específico: el hecho de que no había vivido lo suficiente como para hacer una película a partir de su notable obra teatral A Woman of Mystery, que tuve la suerte de ver durante su fugaz carrera en un pequeña sala de Beverly Hills en el verano de 1988 y que sigue siendo una de las experiencias teatrales clave en mi vida. La larga carrera de Cassavetes como dramaturgo y director de escena es el aspecto menos conocido de su obra, pero vale la pena señalar que la mayoría de sus principales películas, incluyendo, si no me equivoco, Faces, A Woman Under the Influence, Opening Night y Love Streams, fueron antes obras de teatro. Incluso su primer largometraje, Shadows, surgió de las improvisaciones en su taller de actuación. Love Streams se desarrolló a partir de una obra de Ted Allen, pero las otras obras importantes surgieron directamente del propio Cassavetes. Seguramente se trataron con negligencia sus dones como escritor, dones que su reputación engañosa y exagerada como director de improvisaciones siempre oscureció.

A Woman of Mystery, que Cassavetes esperaba filmar si hubiera vivido lo suficiente, fue protagonizada por Gena Rowlands como una mujer indigente y Carol Kane en el papel de una joven que pudo o no haber sido su hija. La mayor parte de la acción ocurre entre extraños en la calle y, durante la preparación de la puesta, Cassavetes trajo a artistas callejeros reales para que actuaran. Como sugiere el título de la obra, no sabemos quién realmente es el personaje de Rowlands y la mayor parte del tiempo ella tampoco lo sabe: su existencia en la calle la priva de cualquier sentido sólido de identidad y, por improbable que parezca, su carácter inestable le confiere cierto parentesco con el universo de Beckett.


Una especie de modernismo instintivo y poco sistemático fue uno de los rasgos de la obra de Cassavetes desde el prólogo de Faces, cuando John Marley ingresa a una sala de proyección para ver una película que parece ser la misma Faces; Opening night fue L’Amour fou de Cassavetes; y el extraño uso de una secuencia de ballet onírica cerca del final de Love Streams parece derivar de un impulso comparable. A pesar del antiintelectualismo que caracteriza a la obra de Cassavetes desde Shadows , la dirección radical de su producción lo llevó a reinventar muchos de los principios del modernismo (autorreflexividad, principios poco ortodoxos de exposición y continuidad, narrativas fracturadas, incluso cierto rechazo por la psicología) en sus propios e idiosincrásicos términos.


Quizás el mayor punto ciego en la mayoría de las críticas angloamericanas sobre la obra de Cassavetes es su insistencia en considerarlo como un realista, lo que claramente no era. Love Streams es un ejemplo muy evidente de ello, y A Woman of Mystery iba aún más lejos. En un momento de la obra, Rowlands entra en un club nocturno con un elegante vestido de noche; si esta escena representa su propia proyección de fantasía o la de otra persona, un flashback o un flash-forward, esto nunca se aclara, y dentro del contexto especial de la obra, no tiene que serlo.

En un breve pero perspicaz artículo escrito para el catálogo de Rotterdam, Peter Bogdanovich califica acertadamente a Cassavetes de revolucionario y enfatiza el aspecto profundamente político de su obra, otra faceta que fue ampliamente negada e incomprendida. Parte de lo que hizo que Shadows se constituyera en semejante revelación cuando fue estrenada en 1960 fue su capacidad para lidiar con el racismo con tanta agudeza apenas aludiéndolo indirectamente en los diálogos. Cuando Cassavetes hizo foco en la clase media en Faces y Husbands, amplió su público sin dejar de lado su crítica radical a la sociedad estadounidense, aunque a mí mismo me llevó un tiempo darme cuenta de esto.

A través de su carrera fue fácil para los críticos ignorar la dificultad y la complejidad de su cine resmarcando sus significados más obvios e ignorando el resto. Lo desconcertante es que sus personajes tienden a ser mediocres, pero Cassavetes los respeta y los defiende con un fervor tan incondicional que la afirmación de este respeto se convierte en un acto político. "No puedo darte nada más que amor", la memorable canción del final de The Killing of a Chinese Bookie, se convierte en un himno no solo del derrotado, patético y a la vez infatigablemente elegante y noble dueño de un local de striptease de Los Ángeles (Ben Gazzara), sino del autor y director que lo concibió.


Uno puede preguntarse, ¿qué hace que la adoración acrítica de personajes mediocres sea un acto político? A Woman of Mystery toma al toro por las astas dirigiendo su atención al tipo de negligencia incoherente que en la América contemporánea no se supone que se advierta; de hecho, como sugiere el reciente libro de Jonathan Kozol sobre los homeless estadounidenses (Rachel and her Children), todo el peso ideológico del reaganismo puede descansar en su capacidad para hacer que esas personas sean invisibles e incoherentes, incluso hasta para ellos mismos. Cassavetes lidia con esta incoherencia de la manera más radical posible, sin asumir la estratagema liberal de tratar de hacer que estas personas sean tan legibles como el resto de nosotros, sino explorando su indefinición desde adentro, asumiéndola como algo dado y procediendo desde ahí. Hay que recordar que la ruptura violenta de Cassavetes con Stanley Kramer durante la realización de A Child is Waiting en 1963 radicó en su propia convicción de que no había nada de malo en trastornos mentales de los niños — que el problema para enfrentar esos problemas fuera nuestro, no de ellos.


Los sentimientos familiares son muy profundos en la obra de Cassavetes, ya sea que los personajes estén realmente relacionados o no, y la incertidumbre sobre si los personajes de Rowlands y Kane en A Woman of Mystery están relacionados se vuelve crucial para la cuestión de su propia existencia. Significativamente, la propia casa de Cassavetes, la locación central de Faces, A Woman Under the Influence y Love Streams, se vuelve casi tan importante para sus películas como sus talentosos actores, y la falta de todo hogar o familia (sustituta o de otro tipo) en A Woman of Mystery tiene consecuencias apocalípticas.

De acuerdo con los criterios habituales, Cassavetes terminó su carrera como director con Big Trouble (1985), una comedia de Hollywood con Peter Falk y Alan Arkin que el tomó como un favor personal al productor después de que el guionista Andrew Bergman dejara el proyecto. Según Bogdanovich, dada la salud de Cassavetes en ese momento, fue un error fatal y, para empeorar las cosas, la película terminó despedazada por el propio productor). Pero los criterios habituales del mercado no se son idóneos para evaluar a Cassavetes, y sería más exacto decir que terminó su carrera con su obra consagratoria, un drama de rara maestría y poder que la mayoría de su público nunca podrá ver. Sería interesante saber si la producción se grabó en video y si existe alguna posibilidad de que alguna vez finalmente se publique.

Publicado en idioma inglés acá. Traducción al castellano de Oscar Cuervo.

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