miércoles, 15 de agosto de 2018

Amarse a sí


por Andrés Albertsen
Ilustración: Carmen Cuervo

Uno de los principales aportes de Søren Kierkegaard a la tradición luterana (y cristiana en general) es que para él pecado no sólo es el amor egoísta a sí mismo, sino también la falta de amor propio. Amarnos a nosotros/as mismos/as del modo recto es para Kierkegaard algo que tenemos que aprender. Vean el siguiente párrafo de Las obras del amor:

"Quienquiera que conozca un poco a los seres humanos admitirá sin duda que, igual que con frecuencia ha deseado poder moverles a que renunciaran al amor de sí, también con frecuencia ha deseado que fuera posible enseñarles a amarse a sí mismos. Cuando el atareado derrocha su tiempo y sus fuerzas al servicio de actividades vanas e insignificantes, ¿acaso no será porque no ha aprendido a amarse rectamente a sí mismo? Cuando el frívolo se entrega, casi como si él fuera una nulidad, a los juegos embaucadores del momento, ¿acaso no será porque no tiene ni idea de lo que es amarse rectamente a sí mismo? Cuando el melancólico desea deshacerse de la vida, e incluso de sí mismo, ¿acaso no será porque no quiere aprender a amarse a sí mismo de una manera rigurosa y seria? Cuando un ser humano, porque el mundo u otro ser humano deslealmente le ha traicionado, se abandona a la desesperación, ¿no será su culpa (desde luego que de su sufrimiento inocente no estamos hablando ahora) sino la de no amarse a sí mismo de un modo recto? Cuando un ser humano, atosigado por sí mismo, cree prestar un servicio a Dios martirizándose, ¿cuál será su pecado sino el de no querer amarse rectamente a sí mismo? ¡Ay! , y cuando un ser humano osa ponerse la mano encima, ¿acaso no será su pecado amarse con rectitud a sí mismo en el sentido de que un ser humano ha de amarse?" (Página 42 en Las obras del amor, Sígueme, 2006).

domingo, 5 de agosto de 2018

Singularidad

Más difícil que escribir una Estética completa es describir a un sólo actor, más difícil que describir a un sólo actor es describir una sola de sus actuaciones. Cuanto menor es la materia concreta (allá ellos, todo el drama chino y el de la Edad Media, el nórdico antiguo, el español, etc. etc.), tanto más difícil es la tarea, porque la tarea prueba directamente las fuerzas del intérprete. Cuanto más uno se atreve a utilizar la visión de conjunto como medio, tanto más fácil, pues cuando las masas son tan grandes, entonces parece que uno, no obstante, dice algo mediante estas consideraciones completamente abstractas que cualquiera puede saber de memoria. Pero es tanto más difícil cuanto más concreta es la tarea. Dios sabe por cuánto tiempo los filósofos seguirán engrandeciéndose con una ilusión: que han logrado imponer, a los demás y a sí mismos, que la visión de conjunto es lo más difícil.

S. Kierkegaard, en Diarios (JJ 404, en SKS 18, 274f)
Traducción: Anna Fioravanti

Ilustración: Carmen Cuervo