"La idea", canción incluida en el disco póstumo de Palo Pandolfo, Siervo, había sido compuesta hace ya más de quince años y nunca antes la había grabado. Los motivos por los cuales permaneció inédita durante tanto tiempo son misteriosos, dada su ostensible belleza. Palo decidió grabarla en las últimas semanas de su vida. Todavía duele hoy escribir frases como esta, cuando justo se cumple un año de su inesperada muerte.
Fue uno de los más grandes artistas que dio el rock argentino y eso puede comprobarse en la escucha de su extensa obra discográfica, no sólo en su primera y hoy celebrada banda Los Visitantes. Pero Palo se desplegaba con mayor intensidad en sus actuaciones en vivo: era de esos que crecen sobre un escenario hasta dimensiones sagradas. Por eso su ausencia pesa más: no bastará con sus discos para ponderar cuánto era. Dejó canciones muy hermosas pero imposible que otros intérpretes logren rozar los picos de belleza a los que él llegaba incluso en los tablados más precarios. Su presencia derrochaba incandescencia e invariablemente cada noche en la que lo vimos vibrar en música nos dejó una marca indeleble.
A un año de su ausencia esta delicada realización de Verónica Palmieri y Leo Vaca nos hace sentir que aún algo suyo queda entre nosotros.