jueves, 30 de noviembre de 2017

La prensa



En esta época, y realmente en muchas épocas pasadas, la gente ha perdido casi de vista el hecho de que la profesión de escritor es, y debe ser, una vocación seria que implica un modo adecuado de existencia personal. La gente no se da cuenta de que la prensa en general, como expresión de la comunicación abstracta e impersonal de ideas, y la prensa diaria en particular, a causa de su formal indiferencia con respecto a la cuestión de si aquello de que informa es cierto o falso, contribuye enormemente a la desmoralización general, por razón de que lo impersonal, lo cual, en su mayor parte, es irresponsable e incapaz de arrepentimiento, es esencialmente desmoralizador.

Søren Kierkegaard, Mi punto de vista


Ilustración: Carmen Cuervo

miércoles, 29 de noviembre de 2017

“Oh milagro de nuestras manos vacías, dar lo que no poseemos”


por Carmen Cuervo

Ya que está, te cuento. Vi una fotografía en la que una señora ofrecía un gato para que alguien lo adoptara y me sorprendió la posición de sus manos. Decidí sacar a la gata de la escena. Es cierto que la expresión de la mujer parece triste pero se trata de una señora mayor más bien cansada.

Ilustración: Carmen Cuervo 

martes, 28 de noviembre de 2017

Silentio


por Oscar Cuervo

El relato de Abraham e Isaac comparte la desgracia de todo texto célebre: lo escuchamos tantas veces que su sentido se fue neutralizando, es decir, ya no nos dice nada. En Temor y temblor, Johannes de Silentio [pseudónimo de Kierkegaard] se escandaliza de que en la misa del domingo se pueda reiterar el relato sin que nadie sienta pavor, porque que lo que se cuenta es terrible, aun cuando ya no nos pase nada al oírlo. El relato no es terrible solamente porque lo que se cuenta en él incluye la posibilidad del asesinato de un niño por parte de su padre. Es terrible ante todo porque esa voz a la que Abraham le adjudica una autoridad inapelable se dirige a él en particular, para que haga algo que sólo él puede hacer. Le pide que haga un sacrificio. Sacrificio: volver sagrado algo que en principio no lo era. Pero ¿comprendemos que significa volver algo sagrado? ¿Dice la palabra “sagrado” algo todavía para nosotros? Porque si esa palabra no dice nada, lo que se está contando es la historia de un asesino, del peor asesino, porque está dispuesto a matar a su propio hijo. De Silentio quiere entonces reavivar el terror que este relato enciende, que vuelva a trasmitir el temor y el temblor que, bien escuchado, tiene que provocar. Con ese fin es que escribe Temor y temblor, con el de desneutralizar la impavidez con la que hoy escuchamos el relato, porque para nosotros se volvió un bien cultural, es decir, en algo que no puede tener nada de sagrado y entonces no puede suscitar temor. Impavidez, impotencia para aterrorizarse, sordera para lo sagrado son los rasgos de la existencia humana actual. Somos post-modernos (e incluso post-post-modernos) y todo eso nos suena a antigualla.

¿Cómo lograr el propósito de infundir un tipo de experiencias ya olvidadas? Kierkegaard idea un dispositivo literario complejo y refinado que la filosofía de su época -una filosofía dominada por la pretensión de sistematicidad- desconocía. Para empezar, practica un discurso narrativo y no argumentativo: no va a desarrollar una serie de razonamientos encadenados en sucesivas premisas y conclusiones, sino un relato: va a contarnos una historia. Pero no va a contarnos directamente la historia de Abraham, sino la de un hombre que leyó la historia de Abraham y al leerla quedó obsesionado por ella. Por consiguiente, este hombre, el protagonista de Temor y temblor, vuelve una y otra vez, a lo largo de los años de su vida, a pensar con horror en la historia de Abraham, un horror que incluye la conciencia de que él, el lector, es incapaz de comprender del todo lo que esta historia significa. El libro trata entonces no directamente de la experiencia de Abraham al escuchar esa voz que le ordena hacer algo terrible (algo sagrado), sino de la dificultad que tiene un lector de este relato por comprender de qué se trata la misión de Abraham, de cómo Abraham puede escuchar una voz dirigida exclusivamente a él y ser capaz de responder a esa voz.

El que cuenta la historia del lector obsesionado por Abraham y por la voz que le habló no es directamente Kierkegaard, sino un escritor llamado Johannes de Silentio. Kierkegaard crea un personaje, Johannes de Silentio, para que escriba un libro, Temor y temblor, que cuenta la historia de un hombre obsesionado por un relato del Antiguo Testamento. Esto es lo que unos años después de Temor y Temblor Kierkegaard declarará como su “estrategia de comunicación indirecta”, porque lo que lo que hay para comunicar no es un saber que se pueda trasmitir sino algo que sólo puede comprenderse de un modo oblicuo, dado que el lector tiene que tomar una decisión acerca de su sentido. Este juego de cajas chinas es el sofisticado mecanismo de escritura y de pensamiento de Kierkegaard. 

El juego de pseudónimos está muy lejos de ser una mera representación decorativa de algo que podría decirse de manera más sencilla, como los más obtusos lectores de Kierkegaard asumen. Kierkegaard quiere resaltar un obstáculo para la comprensión, la dificultad de ponerse en el lugar de otro. Y acá, en este juego de espejos, hay varios otros: el narrador del Antiguo Testamento, Abraham, el lector de la historia de Abraham, el escritor de Temor y temblor -Johannes de Silentio-, Kierkegaard y el propio lector, es decir: cada uno que lee Temor y temblor. Lo que así se patentiza es que estas posiciones son singulares, intransferibles, inconmensurables, que el sentido atañe en cada caso a uno y sólo a uno (a mí y solo a mí) y que ese sentido no puede trasmitirse como si se tratara de un saber. Kierkegaard, a través de Johannes de Silentio, quiere hacernos pensar en la distancia que nos une a Abraham y en la cercanía que nos separa de él. Un continuo efecto de identificación y distanciamiento, una identificación incierta, inestable o recurrentemente fallida. 

(Este es un fragmento de un extenso texto publicado en el blog Un Largo, que se puede leer en cuatro partes: acá, acá, acá y acá).

lunes, 27 de noviembre de 2017

Te vas a arrepentir de cualquier forma



Casate y te vas a arrepentir
no te cases y también te vas a arrepentir
te cases o no te cases
te vas a arrepentir de cualquier forma. 
Reíte de las locuras del mundo y te vas a arrepentir, 
llorá por las locuras del mundo y también te vas a arrepentir
te rías o llores por las locuras del mundo 
igualmente te vas a arrepentir
tanto si te reís como si llorás por ellas 
lo vas a lamentar de cualquier forma. 

Confiá en unx chicx y te vas a arrepentir
no le confíes y te vas a arrepentir igualmente
le tengas o no le tengas confianza 
te vas a arrepentir en los dos casos
tanto si le das confianza como si no se la das 
lo vas a lamentar. 

Ahorcate y te vas a arrepentir
no te ahorques y también te vas a arrepentir
te ahorques o no te ahorques, lo vas a lamentar
tanto si te ahorcás como si no lo hacés
lo vas a lamentar de cualquier forma. 

Este es, señorxs, el resumen de toda la sabiduría de la vida.

"Diapsalmata", O lo uno o lo otro, Víctor Ermita 
[pseudónimo de Søren Kierkegaard]. 
Versión algo alterada por Kierkegaard Buenos Aires.


Ilustración: Carmen Cuervo

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Salud mental y envilecimiento social en el neocapitalismo



MESA DE DEBATE

- Luis Sanfelippo, Doctor en Psicología, Psicoanalista, Historia de la Psicología (Cátedra I - UBA)

- Corina Setton, Licenciada en Psicología UBA, ex-directora del Frente de Artistas del Borda

- Cristian Bonomo, músico, con experiencia en procesos de terapia multidisciplinaria

Coordina: Oscar Cuervo (Filosofía - UBA)

ENTRADA LIBRE
Sábado, 2 de diciembre a las 18:00 Lavalle 3121, 1190 Ciudad de Buenos Aires, Argentina

"La enfermedad mortal es la desesperación".
Anticlimacus (Søren Kierkegaard), La enfermedad mortal

. Periodista: "¿Considera que los enfermos mentales son una carga para nuestra sociedad?"
- Rainer W. Fassbinder: "En nuestra sociedad no hay nadie que no sea un enfermo mental".


La agrupación Kierkegaard Buenos Aires convoca a este encuentro para debatir acerca del concepto de salud y enfermedad mental en el contexto de envilecimiento de los lazos sociales y la degradación de los vínculos promovidos por el neocapitalismo. 

En este marco, se debatirá sobre el intento (por ahora postergado) del oficialismo de imponer un modelo médico biologicista para reglamentar la Ley Nacional de Salud Mental.

¿Qué es la salud mental? ¿Qué supuestos filosóficos y políticos subyacen en este concepto y en estas prácticas sanitarias? ¿Qué efecto ejercen las prácticas sociales promovidas por el régimen neocapitalista sobre la vida anímica y los proyectos existenciales de la población? ¿Pueden comprenderse los conflictos sociopsicológicos con un modelo médico?

Estos interrogantes se tratarán en esta mesa de debate abierto a la comunidad, en el primer evento organizado por la agrupación Kierkegaard Buenos Aires.

Evento en Facebook acá.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Si cae la tarde


Si regresa el sol, si cae la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una siesta de lluvia parece regresar
de tiempos demasiado amados y jamás poseídos del todo,
ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por ello:
ya no siento delante de mí toda la vida...
Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo:
horas y horas de soledad son el único modo
para que se forme algo, que es fuerza, abandono,
vicio, libertad, para dar estilo al caos.
Yo, ahora, tengo poco tiempo: por culpa de la muerte
que se viene encima, en el ocaso de la juventud.
Pero por culpa también de este nuestro mundo humano
que quita el pan a los pobres y a los poetas la paz.

Pier Paolo Pasolini, "Al príncipe"


Ilustración: Carmen Cuervo

viernes, 17 de noviembre de 2017

El público, un fantasma



La persona que en una contemporaneidad real en un instante y en una situación real no tiene una opinión propia, adopta la opinión de la mayoría y, si es algo más luchador, la de la minoría. Pero la mayoría y la minoría, corresponde recordar, son personas reales, y eso es lo que fortalece en la unión con ellas. El público, en cambio, es una abstracción. Adoptar la misma opinión que otras personas significa estar al tanto de que uno corre los mismos riesgos que ellos, que ellos sufrirán con uno las consecuencias si la idea es errónea, etc. Pero adoptar la misma opinión que un público es un engañoso consuelo, ya que un público sólo existe en abstracto. Jamás una mayoría ha estado tan segura de estar en lo cierto y de tener la victoria como lo está el público. Pero esto no es consuelo para el singular *, ya que el público es un fantasma que no permite ninguna aproximación personal. Si alguien adopta hoy la opinión del público y mañana es abucheado, entonces es abucheado por el público. Una generación, un pueblo, una asamblea, una asamblea, un hombre aún tienen la responsabilidad de ser algo, conocen la vergüenza de la inconstancia y la infidelidad. Pero un público sigue siendo un público.

Søren Kierkegaard, La época presente


* Del danés Enkelte.


Ilustración: Carmen Cuervo

Actuar en el instante: nace Kierkegaard Buenos Aires



"....Como tengo que actuar en el instante, debo, ay, despedirme de ti, 
amable distancia en la que no había que correr detrás de nada...".
Søren Kierkegaard, El Instante

Nace Kierkegaard Buenos Aires

Una nueva agrupación política existencial de la cual este blog es su manifestación en las redes.


Kierkegaard Buenos Aires ha sido fundada el pasado 11 de noviembre de 2017, en el día del 162º aniversario de la muerte de Kierkegaard, por un grupo de lectores que pensamos y sentimos al autor danés no sólo como un amigo sino también como un contemporáneo.

Somos
Cristian Bonomo
Alejandro Braín
Carmen Cuervo
Oscar Cuervo
Anna Fioravanti
Marcela Medina
Corina Setton
Erica Vainscheinker
y los quieran sumarse a nuestras actividades.

Kierkegaard Buenos Aires tiene como propósito principal convocar a las personas con inquietudes prácticas, políticas, filosóficas y artísticas, desde la ciudad de Buenos Aires y hacia el mundo, para hacer frente con pensamiento y creatividad al envilecimiento creciente de la civilización contemporánea. Y en particular al envilecimiento que sufre nuestra sociedad argentina y porteña.

Kierkegaard es el nombre de algunas preguntas acuciantes que queremos instalar entre nosotros, aquí, en estas circunstancias.

Nos juntamos invocando a este Kierkegaard, se lo arrebatamos al ámbito académico y lo recuperamos para la vida, en diálogo con otros hacedores y creadores de espíritu afín.

El sentido de este arrebato está ampliamente fundado en el carácter del autor que invocamos y de otros que invocaremos junto con el suyo. Kierkegaard Buenos Aires no es una sociedad académica de estudios kierkegaardianos. La invocación de su nombre no nos reclama ni el confinamiento en el mero "estudio", ni el intercambio mercantil de papers a que se ha reducido lo académico, ni el culto a una personalidad literaria o filosófica eminente. Tampoco nos convoca el enclaustramiento en una determinada disciplina, por más sublime que ella se pretenda. Kierkegaard viene a nosotros y trae a otros.

El problema de los estudios académicos nos merecerá nuevas intervenciones en el futuro pero, por supuesto, no agotaremos nuestra energía en una estéril polémica con esa forma alienada de producción cultural.

¿Por qué Kierkegaard? Este blog aspira a responder en parte a esta pregunta. Seguiremos teniéndola muy presente en cada publicación (como las dos que preceden a esta o las que la sucederán).

Las actividades presenciales en un espacio físico de nuestra ciudad empezarán muy pronto. Habrá mesas de discusión, debates, proyecciones de cine, jornadas musicales, poéticas, literarias. Y una persistente inquietud política. Kierkegaard viene a la polis.

Por supuesto, todo esto será ampliado. 

Están invitados quienes deseen acercarse a estas inquietudes desde una perspectiva abierta, polémica, precisa, amorosa, irascible, irónica y entusiasta.

Ilustración: Carmen Cuervo

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Lo único que no puede ser suprimido



Pero en el día del juicio se requiere de una armadura... Esa armadura es el amor, lo único que no puede ser suprimido, lo único que permanece junto a un hombre en la vida y que permanece junto a él en la muerte, y que vencerá a la muerte. Pues el amor no es como un amigo falso, que primero cautiva a un hombre y luego permanece junto a él para burlarse de él. No, el amor permanece junto a un hombre, y cuando todo le resulta confuso, cuando los pensamientos se ponen de pie para acusar, cuando las angustias alzan sus cabezas para juzgar, entonces el amor las desafía y le dice a aquel: solo ten paciencia, yo permanezco junto a ti, y triunfo junto contigo, y mi testimonio ha de superar la confusión.

Søren Kierkegaard, Discursos edificantes. 
Tres discursos para ocasiones supuestas


Ilustración: Carmen Cuervo

martes, 14 de noviembre de 2017

Debo despedirme de ti, amable distancia



Como tengo que actuar en el instante, debo, ay, despedirme de ti, amable distancia en la que no había que correr detrás de nada, siempre con tiempo, donde podía esperar horas, días, semanas para encontrar la expresión exacta a la que quería llegar, mientras que ahora debo romper con todas esas mimosas consideraciones de enamorado. Y como tengo que actuar en el instante habrá una cantidad de hombres que me obligarán, al menos una vez, a tomar en consideración todo lo insignificante que la mediocridad discursea dándose gran importancia y con aire doctoral, todo el galimatías que, por traerlo consigo, la mediocridad saca de lo que escribo, toda la mentira y la difamación a las que está expuesto un hombre contra quien los dos grandes poderes de la sociedad -la envidia y la necedad- deben necesariamente confabularse. 

 Søren Kierkegaard, El instante

Ilustración: Carmen Cuervo