viernes, 2 de agosto de 2024

La noche me sigue el rastro

  Paul Klee, Moonlight, 1919


por Daniela Andújar


la noche me sigue el rastro

en la ojera, los pómulos… los pensamientos que necesitan un poco de colirio

la noche me sigue el rastro

en los olores de ciertas ideas

en otra hora los llamaría jaqueca

en esta sé que es la estela de todos los cigarros que me fuman el ansia, la desórbita, el bajón de alguna cosa no precisa

pero que deshace otra cosa o precisa o preciosa, no sé

la noche me sigue el rastro y

son las seis de la tarde

acaba de venir al mundo un jazmín

la ultramama de todo

me dice simplemente que sigue allí

naciéndose

               naciéndonos

que sigue y que siguió

mientras toda la noche 

su insistencia es implacable

y nosotros probando con palabras

con un sonido de invento

probando si podemos entender algo

traducir algo

sanar otro algo

daños de no ser 

acaba de venir al mundo un jazmín y yo... con la noche como un tapado de piel:

ojeras   rimmel mal ubicado   la vista con arenas a la vista

¿será el desierto

lo que me raspa?

será el desierto de lo que espero

y no ocurre?

un desierto que se anuncia

que se medanea por medio de encantamientos fatuos

las palmeras

no están a la vista

pero....

a quiééén le importa!

Alaska sabía todo!

si acaba de venir al mundo un jazmín

lo escribo porque lo veo

ni lo invento

ni se sirve de mí para existir

sólo se ofrece

a mí, al pasillo y  a la luna

se ofrece

no trabaja de

se ofrece 

aromando mis ojos

aliviando mi noche

insistiendo y no entiendo dónde llevó guardado su olor

entenderlo es más noche 

el jazmín es el que entiende 

entiende todo

y se tiende

a mí, a vos…

y su idioma es un hablar constante en perfumés

y lo que me dice

no puedo repetirlo

pero es 

de público conocimiento

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