De alguna parte simple de mí mismo
que no consigo agotar
tomé una bendición para las flores
que se crispaban en la noche
como puños celosos de amor
como nudos
que nadie puede deshacer sin destruirlos
La nueva mañana me arropó
en una bruma azul
como el polvo bajo un traje de boda
Después seguí al día
como una nube de pesadas ovejas
detrás del Judas
ascendiendo por una rampa rodeada de sangre
hasta el terror de cada edificio negro.
Diez años viajes sellados sueños no ganados
Risas que intentaban tentarme hacia la senectud
vertidas por amigos estrellas carne desconocida mulas Mar
Instantáneo conocimiento de cuerpos material y espíritu
que aprendido lentamente hubiera hecho sonreír a la muerte
Historias convertidas en teorías
que tan sólo rogaban ser expuestas una y otra vez
Muchachas flotando sobre los capullos de mi boca
con un musculoso beso triangular
de boca ordinaria a boca secreta.
No obstante, mi homenaje a ustedes flores pegajosas
rabinos verdes y rojos sirviendo al sol como bandejas
Al final me ofrecieron el dogma que me enseñaron
a desdeñar y yo como buen alumno lo desdeñé
Caí bajo las diagramadas praderas como el fragmento
de una estatua perfecta con estratos de ciudades construidas sobre él
Las vi poderosas y las vi felices
de que no pudiera vivir tan sólo para la siega
de que fuera un verdadero ciudadano de la lenta tierra
Luz y Esplendor
en las huertas durmientes
que penetran entre los árboles
como la procesión de una boda en una película muda
penetrando bajo los arcos de ramas
sólo por amor
Desde una colina observaba
respirar a las flores de manzano
que aspiraban la plata de la noche
como peces comiendo las esferas
de aire del agua del río
Así la iluminada noche alimentaba
las dormidas huertas
penetrando en las bóvedas de ramas
como una sagrada procesión
Larga vida al poder de los ojos
Larga vida a los escalones invisibles
que los hombres pueden leer en una montaña
Larga vida a la máquina desconocida
o corazón
que por deseo o accidente
vierte con gracia de vencedor
un clima interminablemente perfecto
sobre las perfectas criaturas
que amamanta el mundo.
Leonard Cohen, "Three good nights"
Montreal
Julio 1964
No hay comentarios:
Publicar un comentario