Un rubio de Marco Berger
no encontró lugar en una programación devaluada como fue la de este año en el BAFICI.
A pesar de ser una de una sutileza notable, muy superior a la película española que ganó la competencia argentina, por ejemplo.
Ojalá se estrene pronto y no sea la miopía de los programadores la que termine obturándonos la mirada.
Ampliaré.
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